lunes, 20 de septiembre de 2010

Manuales para ser mamá…

¿Cuántas veces nos hemos dicho, los que ya somos padres, “ojalá los niños vinieran con manual”? Definitivamente, convertirnos en padres es uno de los mayores retos que se enfrenta en la vida.
En mi caso, me estrené en este bello y sacrificado oficio cuando tenía 18 años. Con la ignorancia por delante, tuve la suerte de contar con mujeres maravillosas que me guiaron en los primeros pasos que me permitieron criar a mi Adri con pañales limpios y una pancita relativamente sana.
Y uno piensa que eso es todo…
Recuerdo cuando le conté a mi mamá que estaba embarazada. “Nunca en tu vida volverás a tener un momento de paz”, me dijo. Ella, madre de tres hijos propios y más de una quincena de hijos de crianza, me juraba que, aún siendo adultos, la preocupación por los hijos es una cosa viral, que se te mete a las venas y nunca se cura. Ahora yo, como madre de una señorita de casi 11 años, le doy toda la razón.
Cada día es un desafío diferente. La rutina no existe y a medida que nuestros niños crecen nos cambia el panorama y tenemos que reinventarnos, tratar de adaptarnos y de hacer bien nuestro papel, cambiar la forma de hablarles, de orientarlos, de escucharlos, de disciplinarlos, de amarlos.
Definitivamente no existen manuales para ser madre. He leído libros recomendados por amigas y por extrañas bienintencionadas, y a parte de rescatar un par de consejos astutos, he podido comprobar que mi hija es única, y que eso me exige ser una mamá única también.
Uno de los mayores dolores que he enfrentado es darme cuenta de que me estoy equivocando como madre. De las veces que, cansadísima después de una jornada de trabajo de 14 horas, no la he escuchado… de las veces en que la he juzgado basada en mis prejuicios… de las ocasiones en las que me he tomado demasiado a pecho sus errores y no me he fijado como debería en sus progresos.
En fin, lo que nunca está demás en estos trotes maternales son los consejos de quienes ya pasaron “por donde asustan”. Por eso agradezco la oportunidad de participar en este blog.
Como madre de una preadolescente y en espera de mi segunda bebé, que nacerá en noviembre, espero compartirles lo que la vida y la experiencia me han ido enseñando, así como la sabiduría que he heredado de forma directa de mi mami-abuelita, mi mamá, mi tía y mi madrina, las cuatro mejores mujeres que he conocido en este mundo.
Que este espacio nos sirva para crecer juntas como madres, para llorar y reír juntas, para enojarnos y consolarnos. Bienvenidas todas, y gracias por leer.

3 comentarios:

  1. "Nunca en tu vida volverás a tener un momento de paz”

    Eso es, sabiduría materna.

    Yo así les digo a las bichas que aun no son mamás, es que cuando uno se convierte en madre, lo es desde ahi y para siempre.

    Qué lindo que estés aquí!

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  2. Jajajaja, qué lindo que el primer comentario a este mi primer post sea tuyo... sabés que estamos conectadas ahorita de manera bien especial, en una etapa en la que nos ponemos sensibles y lloronas, pero en la que también nos salen fuerzas de donde ni siquiera nos imaginamos... un abrazo, y es un honor compartir este espacio con vos.

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  3. No sabía que eras mamá tan joven. ¡Mis respetos y admiración!
    Presiento que la vamos a pasar lindo por aquí...

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Dinos lo que salga de tu corazón de madre, de padre o de hijo...