viernes, 26 de octubre de 2012

Mamá ejemplar

Oigan.

Todas las mañana me levanto y me repito a mí misma que puedo ser una mamá ejemplar.

Pero no, soy desordenada, indisciplinada, se me olvidan las tareas de mis hijos, no voy a los eventos sociales de padres de familia, no estoy segura si el miércoles es la clase de violín o el entreno de fútbol, dejo que mis hijos vean televisión en días de exámenes, los dejo que se mojen con la lluvia si quieren, no salgo corriendo a donde el doctor por cada enfermedad, los dejo que abran cuentas en Twitter, los motivo a que dibujen o escriban o toquen un instrumento en vez de sacarse diez en matemáticas, los dejo que hagan solos las tareas, los dejo que se vistan como les dé la gana, a la hora de dormir les cantaba canciones como Eternal Flame o You Light Up My Life...

Perdónenme a veces siento que no puedo ser una mamá ejemplar. Habemos mujeres que no estamos preparadas para eso. He fallado.

Eso me atormenta todos los días, porque, en serio, veo a los compañeros de mis hijos, bien peinados, con los zapatos bien lustrados, con sus tareas perfectamente realizadas (con la ayuda de los papás), y todos esos asuntos de mamás perfectas y me da envidia.

Uno se debate todos los día en esa tarea para la cual nunca fue instruida, la cual se realiza por instinto, a como vaya saliendo, a prueba y error. Y sobre todo, con todo el amor que a uno le cabe y es posible.

Y allí me tienen, luego de 17 años en esta tarea, aprendiendo cada día cosas tan simples como que lo único importa son los sentimientos de esa sociedad pequeña que es la familia. Porque, miren, si uno se pusiera a tomar en cuenta la opinión de los de afuera -de los que ven las cosas desde otra óptica, de los que miden por sus propios errores y circunstancias-  se volvería loco de culpabilidad o tristeza o furia o como quieran llamarle. Les digo, a la gente se le vuelve bien fácil opinar cuando se trata de la vida y los errores que no son suyos. En serio, quá maña y habilidad la de los demás para mirar la paja que uno tiene en el ojo, ya saben, sin ver antes la gran viga que les nubla la mirada.

Al final, uno se sigue preguntando ¿soy una buena madre, una madre ejemplar como todas las madres ejemplares? Y un día se llega a la entrega de notas y cuando la profesora de uno de los vástagos te dice que sobre todo lo demás (entiéndase como todo lo demás la parte académica y disciplinaria) se nota ante todo que tu hijo es feliz, que se le nota en la sonrisa y en la mirada; entonces uno puede entender que tal vez, a lo mejor, que es probable que en el fondo si se sea una madre ejemplar.

viernes, 12 de octubre de 2012

Angustias de fin de año

Hola buenas, aquí solamente a dejar constancia que parte del trabajo de madre también es sufrir los examenes finales del colegio.

Es extraño, como estudiante no supe lo que era eso, todo fue un paseo por el parque, los 10 y los 9 caían por su propio peso, solo era repasar un dia antes y ya. Tan bonita la infancia.

Pero ahora, no sé si el nivel de competitividad ha crecido tanto, si de verdad el sistema privado es "más yuca" que el público de hace 20 años, o que los niños de hoy tienen más interés en jugar video juegos que en saber si las sobreesdrújulas se tildan siempre o no.

Claro, yo no cursé inglés en primaria, sino hasta séptimo grado como lo indicaba el plan de estudios...pero es que tampoco fue tan grave, de hecho, sólo he tomado un nivel de clases de inglés (que fue el diez) y ya no pude seguir, pero me leo mis libros en inglés comprendiendo diría yo que la mayor parte del asunto. Pero los niños de hoy parece como que si de todo necesitaran clases de refuerzo. A saber.

A saber si serán muy pocas horas a la semana dedicadas a cada materia, porque como no tenía Educación en la Fe, ni Desarrollo de la Inteligencia, ni Tutoría, ni Computación, ni Danza, ni Inglés, pues esas horas eran para las 4 materias básicas también.

Quizá si se dedicaba más tiempo al alumno. Auque mis clases eran de 30 a 40 niñas, igual que las aulas de los colegios privados de hoy, en algunos de los Bilingües hasta 50 he visto. Pobres maestras.

Lo que sea, llega esta época de exámenes finales y uno no puede hacer más que darles todo el empujón antes de, y esperar pacientemente a que llegue el dia de la entrega de notas para saber si se van en paz de vacaciones o si toca año escolar extendido.

Ojalá que el peque no quede en deuda con el cole este año, porque yo realmente desde enero estoy esperando que salga de clases, para poder hacer algo por mi vida en ese tiempo de 5 a 7 am...algo como ir al giminasio, digo yo.

También los exámenes son parte del oficio de ser mamá.