domingo, 3 de abril de 2011

De la Equinacea y otras yerbas.














Una de las mejores cosas que pudo haber hecho mi suegra, además de tener a su hijo; es haberme presentado el fascinante mundo de las hierbas y sus propiedades curativas a través de este libro.

No se imaginan todas las bondades que tienen todas las hierbas, frutas y verduras que consumimos a diario. Por ejemplo: la mitad de un melón tiene la cantidad diaria necesaria de vitamina C, una cucharadita diaria de jugo de perejil ayuda a combatir las alergias. ¿Dolor de muelas? Enjuague con clavo de olor. Y así, las historias interminables.

Pero, de verdad, la que me cautivó y compró para siempre es la linda y milagrosa Equinacea. La Equinacea es un antibiótico natural que además sirve para subir las defensas, pueden leer más de esta planta que se parece mucho a la gerbera aquí. La cosa es así: usted debe tomar 1000 mm de vitamina C al día para alejarse de la molestosa gripe. Si a pesar de esto de repente le caen los síntomas, duplique la dosis de vitamina C, es decir 2000 mm y se toma un comprimido de Equinacea en la mañana y otro en la noche. Eso es lo que hago yo y creo que no me da gripe desde hace más de un año. La Equinacea no se toma todos los días, solo cuando lleguen los síntomas y tampoco sirve para quitarla cuando ya le ha dado.

Lo maravilloso es que la venden en dierentes presentaciones: en GNC las hay en botes de 300 comprimidos, de esas pastillas como plásticas que se abre y traen el polvo adentro; yo las abro y se las echo en la leche o jugos a mis hijos. Además venden otra presentación que es para niños que son unas ampolletas que se pueden vaciar igual en la leche o jugos. Además en Farmacia San Nicolás venden unos botecitos con gotas.

El mensaje de esta historia: uno no tiene que andarse drogando cada vez que le cae una enfermedad, yo odio eso y odio hacérselo a mis hijos; la medicina natural es una de las cosas más maravillosas que nos pudo haber pasado a las madres, aparte que es mucho más barato. ¡Ya basta de antibióticos carísimos y horribles! La mayoría de las veces yo llevo a mis hijos a donde un homeópata y hasta la fecha es lo mejor que pude haber hecho. Yo misma voy a una doctora de Medicina Biológica.

Todo natural, sin estar llenando el cuerpo de químicos espantosos que un día nos van a cobrar la cuenta.

 Y bien, para finalizar, gracias a @olgarcher y su pregunta en Twitter acerca de la Equinacea se me ocurrió escribir esto.