miércoles, 29 de septiembre de 2010

El es así...

El día que se le cayó el primer diente no durmió toda la noche, metiendo la manita debajo de la almohada para confirmar que el diente no se hubiera caído para que el ratón lo pudiera encontrar. Se levantó varias veces a cambiarlo de lugar al comprobar que el ratón no llegaba. Casi no pegó un ojo en toda la noche, esperando... Y el ratón no llegó, porque probablemente el diente no estaba en el lugar adecuado.

El es así. Se ríe con los ojos y pasa de la risa al llanto en cuestión de segundos. Y a la risa otra vez. Padece de "súper lindura", dicen sus hermanos mayores, y él lo comprueba cuando abraza, cuando se arrima, cuando apapacha, cuando me mira con ojitos enamorados y me besa la mano. El es así, se queja de que lo tratamos como bebé, pero se ríe cuando le canto "cuando miro en tus pupilas sé que Dios no dejó de existir" mientras se duerme. Es un ser libre, nada le da pena, si quiere pide, si no sabe pregunta, nada lo detiene y por eso se cae y se golpea y se moja y se enloda y rompe la ropa y los zapatos y tiene más de cinco cicatrices a sus cortos años... Pero igual, se entretiene leyendo un diccionario.

El quiere ser como su hermano mayor, pero la mayoría de las veces se pelea, grita, y se pregunta por qué el otro tuvo que haber nacido. Y al rato ya están jugando otra vez. Y al rato otra vez peleando.

El es así, igual que todos los niños.
El es así, diferente a todos los niños, porque es mi niño... Y le acabo de dar el último beso de los 7 años, porque mañana es su cumpleaños...

lunes, 20 de septiembre de 2010

Cuando el "yo" se convirtió en "nosotros" (1a parte)

Esto de ser mamá me ha sacado de golpe del regimen de vida que solía llevar. No es solo que el embarazo te postre en una cama por la pereza de andar con esa barrigota para arriba y para abajo, sino que hasta las supuestas amigas de una, que no han pasado por eso de compromiso más allá de los mari-novios, no te entienden...
Ves tu cuarto, solo se escucha un gritito...sordo...sí, es tu hijo el que tiene hambre, así que...a sacarse el pecho se ha dicho y a amamantar!Ahí es cuando uno cae en la cuenta de que, hoy sí, ahuevo, tu vida jamás volverá a ser la misma.

Para alguien como yo, de 31 años, acostumbrada a halar para un lado y para otro, ser más que independiente, romper las reglas y jugármela cuando podía por sentirme inmune a mil males, esto de que te digan: "el 24 de marzo a las 10 a.m. le programamos su cesárea. Está de acuerdo?" Dios! Ya no era solo yo. Ese "yo" que andaba en la panza se convertiría ese lunes en otra persona, que va a depender de mí hasta...no sé...los 18 años?

Y así pasó...ni me di cuenta cuando Dora dejó de ser "sola" y llegó a ser "la mamá de Marco". Creo que eso es más traumático que el "de" antes del apellido del cónyuge, pelea que mantenemos con una de los miembros de este blog, pero que es digna de otro post.

La primera vez que entré al Facebook después del parto sentía como si el mundo allá afuera estaba tan lejos de lo que había dejado. Precisamente ese día habían pasado ya 10 de las elecciones presidenciales. No recuerdo bien lo que puse pero era obvia una mala palabra (porque debo aclarar que no me lavaron la boca cuando chiquita) o creo que enviaba a alguien al infierno. No había pasado ni una hora cuando recibía una crítica, de un hombre, eso fue lo que más me sorprendió, que decía: "Dora, cómo podés decir eso? Si ya sos mamá!" Me sorprendí de tal manera, y estaba en esos días post-parto que son peores que la más horrenda pesadilla de dolores menstruales y el humor lo demuestra a leguas, y quise tirar la compu y mandar al infierno al que me comentó el status y a los que se atreviesen a criticarlo de la misma manera. Seguía siendo Dora...o no?

De ahí llegué a la conclusión que la gente te pone una viñeta de señora/aburrida/casera/adulta/madura/quienyatieneotrosintereses/quienyacompusosuvida, etc. y no vuelves a ser parte de las agendas para salir los sábados a las bebas, ni los domingos a comer pupusas o a la playa. Te borran de tajo en la lista de los "de arranque". Pero entre todo ese cambio de rutina, las visitas de amigos/as al bebé son las que más o menos te alegran esos difíciles momentos en que ya no sos vos nada más. Y pensás que, de ahora en adelante, esa personita que hala de tus pezones será el único cómplice en tu vida y quien, como llora con igual amargura, siente lo mismo y te entiende.

Así va pasando la vida, las alegrías ya no te las da un par de birrias, son los primeros dientes de tu hijo, la primera vez que dijo mamá, la primera vez que se quedó paradito sin tu ayuda...y la cámara digital? Llena hasta los 4GB de puras fotos y videos del nene, ya no más de parrandas y salidas.

Pero lo yuca viene cuando tus amigas de toda la vida, con quienes simpatizaste desde los primeros días de la U, con quienes chillaste por los que no se querían dejar agarrar, o con las que hacías tareas, cartas y jugabas cosas prohibidas, y que, por cierto, no tienen hijos, simplemente NO SIMPATIZAN con tu mini YO de un años y medio. ?Es lógico que me sienta que ya las perdí, que ya no existen, que no son empáticas conmigo o que de plano, la historia de FRIENDS FOREVER ya acabó?

Qué hacés cuando el día de la gran salida a tomarte una sopita de gallina en domingo al mediodía y no tenés quién te cuide al muchachito? Pues lo llevás. Lógico. Y si el niño no ha dormido, aparte anda como que "le comienza gripita", y bota cuanta cosa hay en la mesa, tira el fresco que le pediste, te pega en la cara, llora y grita como torturado, etc.? Yo me di por vencida y vi que la cosa no iba a mejorar. Desde entonces, las salidas con "mi gente" ya no son más "nuestras" salidas con la mara.

Es difícil desprenderse del "nosotros" cuando esa pequeña cosita depende de mí al cien por ciento y cada cosa que haga él frente a mis amigos siento como si yo lo hiciera. Me gustaría decirles (como cuando era soltera y sin hijos): chis! no fui yo, fue ese mono carajo que es un malcriado y que no se sabe comportar. Pero es mi niño, mi Marco, a quien YO estoy criando. Entonces, caí en la cuenta de que los niños no son para las amigas de uno, que ellas son "mis" amigas, no "nuestras". Ya vendrá la edad en que el pequeño ser encuentre a su propia"mara" y se sienta como me sentí yo, feliz de conocer gente que pasó conmigo lo peor y lo mejor, cuando era sólo yo, Dora.

Manuales para ser mamá…

¿Cuántas veces nos hemos dicho, los que ya somos padres, “ojalá los niños vinieran con manual”? Definitivamente, convertirnos en padres es uno de los mayores retos que se enfrenta en la vida.
En mi caso, me estrené en este bello y sacrificado oficio cuando tenía 18 años. Con la ignorancia por delante, tuve la suerte de contar con mujeres maravillosas que me guiaron en los primeros pasos que me permitieron criar a mi Adri con pañales limpios y una pancita relativamente sana.
Y uno piensa que eso es todo…
Recuerdo cuando le conté a mi mamá que estaba embarazada. “Nunca en tu vida volverás a tener un momento de paz”, me dijo. Ella, madre de tres hijos propios y más de una quincena de hijos de crianza, me juraba que, aún siendo adultos, la preocupación por los hijos es una cosa viral, que se te mete a las venas y nunca se cura. Ahora yo, como madre de una señorita de casi 11 años, le doy toda la razón.
Cada día es un desafío diferente. La rutina no existe y a medida que nuestros niños crecen nos cambia el panorama y tenemos que reinventarnos, tratar de adaptarnos y de hacer bien nuestro papel, cambiar la forma de hablarles, de orientarlos, de escucharlos, de disciplinarlos, de amarlos.
Definitivamente no existen manuales para ser madre. He leído libros recomendados por amigas y por extrañas bienintencionadas, y a parte de rescatar un par de consejos astutos, he podido comprobar que mi hija es única, y que eso me exige ser una mamá única también.
Uno de los mayores dolores que he enfrentado es darme cuenta de que me estoy equivocando como madre. De las veces que, cansadísima después de una jornada de trabajo de 14 horas, no la he escuchado… de las veces en que la he juzgado basada en mis prejuicios… de las ocasiones en las que me he tomado demasiado a pecho sus errores y no me he fijado como debería en sus progresos.
En fin, lo que nunca está demás en estos trotes maternales son los consejos de quienes ya pasaron “por donde asustan”. Por eso agradezco la oportunidad de participar en este blog.
Como madre de una preadolescente y en espera de mi segunda bebé, que nacerá en noviembre, espero compartirles lo que la vida y la experiencia me han ido enseñando, así como la sabiduría que he heredado de forma directa de mi mami-abuelita, mi mamá, mi tía y mi madrina, las cuatro mejores mujeres que he conocido en este mundo.
Que este espacio nos sirva para crecer juntas como madres, para llorar y reír juntas, para enojarnos y consolarnos. Bienvenidas todas, y gracias por leer.

martes, 14 de septiembre de 2010

Ser mamá -Primera Impresión-















"¡Ya estás aquí! Ha sido duro, tuviste que adelantarte un poco. Fue en una camilla de hospital con suero en mi mano izquierda y un aparato que contaba mi ritmo cardíaco y las manos de tu papá sobando mi pelo y mi miedo nuevo (un miedo desconocido) y las voces de los doctores y las enfermeras cortando mi piel capa por capa y esta sensación y esta esperanza y tu voz sonando, saludando a gritos a tu nueva vida.

No te imaginas lo que se siente mirarte así de pequeña por primera vez y saber que sos mi propia pequeña para amarte, aunque te mire como en sueños, porque me han metido un calmante...

Yo también lloré, papá hubiera querido hacerlo, pero los hombres no lloran. Estás aquí. Te amo."

Pensé mucho en esta primera entrada, mi presentación al blog y mi definición de ser mamá. Escribí varias versiones con diferentes aproximaciones, pero las borré. Finalmente encontré estas palabras, escritas 3 ó 4 días después de que nació mi hija, la primera... Y dispuse publicarlo aquí como mi primera impresión de lo que nos ha unido en este blog: SER MAMAS.

Yo soy Flor, hace 15 años empezó mi carrera, mis tres hijos me dan vida. Por ellos abro los ojos cada día.

Ser mamá

Ser mamá.

Ser mamá te cambia la vida, te cambia como persona. Hay un antes y un después en tus pensamientos, sentimientos, acciones y direcciones entre el no ser y el ser mamá.

Hasta que eres mamá comprendes a la tuya. Hasta que eres mamá ves en retrospectiva y te comienzas a preguntar “¿y mi mamá qué hacía en estos casos?”. Hasta que eres mamá, interiorizas lo que significa la frase aquella de “yo daría mi vida por tí”.

No se nace preparada para ser madre, de hecho, quizá tampoco se nace con la vocación, mucho menos con la instrucción. Pero, al tener ese delicado ser en tus manos por primera vez, el instinto te va indicando qué hacer. Afortunadamente, hoy en día hay muchas formas de aprender tips y de mejorar como madres (y vaya, también como padres, pero este blog está escrito por mamás).

Gracias a Flor por la iniciativa de crear este sitio, en el que compartiremos experiencias, consejos, vivencias, problemas y tantas cosas que nos dan esos maravillosos personajes de nuestras vidas: los hijos.

Yo soy Clau y me estrené como mamá hace 7 años, ando en las carreras de los primeros años de escuela, y estoy esperando a mi segundo bebé. Así que por esas temáticas andarán mis aportes.

También tengo este otro blog, en el cual hay algunos temas relacionados bajo las etiquetas “madres” y “niños”.

Entremos entonces, en el caluroso y afectivo mundo de ser mamás. Pase adelante, le va a gustar.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Hoy es el día de la madre...

Y mañana también y pasado mañana, porque el día de la madre es todos los días:

El día que se cae de la cama y se corta la lengua, el día que baila Thriller subido en el escenario, el día que mira los árboles desde la ventana del carro y dice que están bailando, el día que se saca 10 en un examen, pero también el día que se saca 5; el día que le sale el primer diente, su primer día de clases y también el último, el día que te dice que te ama, el día que lloran juntos porque se murió la mamá de Bambi, el día que ya es más alto, el día que ya tiene novia...

Todos esos días nos hacen madres. Y estamos aquí para celebrarlos.

¡Feliz Día de las Madres!