miércoles, 23 de octubre de 2013

Noche de paz

Una compañera de trabajo tuvo ayer su primer bebé. El padre, quien también trabaja aquí, está haciendo uso de los recién aprobados 3 dias de asueto por paternidad. 
Hablábamos con otras compañeras, una madre de 2, otra de 3 y otra embarazada del segundo, sobre si él debió o no haber venido a trabajar y tomarse los dias hoy o más tarde, porque la Ley da 15 dias creo para hacerlo.
Una opinaba que sí, que estaba bien, para que le hiciera compañía a ella en el hospital, que ella - la que opinaba - hubiera querido que su esposo hubiera estado con ella. Pero su caso fue cesárea y esa recuperación es distinta, asumo. La niña esta primeriza fue natural.
La madre de dos y yo, también con dos, opinábamos que no, que mejor se hubiera tomado los dias cuando ya ambos, madre y bebé, estuvieran en casa, especialmente porque no tienen empleada, entonces sí iba a necesitar ayuda. En el hospital estarían bien cuidados.
La que solo tiene uno y espera el segundo no supo opinar si era mejor ya o después.
Yo solo sé que cuando uno ha pasado ya 8 años de la vida sin acostarse hasta que todos se duermen, levantándose antes que todos y estando pendiente de que el mundo gire, esa noche solita en el hospital, sabiendo que el nuevo crío está bien cuidado por enfermeras y doctores y que el mundo allá afuera se puede caer y uno no se dará cuenta, es la noche más tranquila de la vida. Yo sí amé esa noche de paz y tranquilidad, en la que por una única vez me llevaron el desayuno si que tuviera que prepararlo ni preocuparme por poner a girar el mundo.
No sé si será egoista, pero es eso, una noche en la vida, vrs años y años y años de ser el eje terrestre. Yo digo que sí nos lo merecemos.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Amor de madre, en silla VIP

Una de las mamás de este blog llevará a su hija a ver a Justin Bieber. No, no es su gusto musical, para nada. Ella es metalera a morir y el castorcito no le inspira lo más mínimo. Pero no es la música la que la llevó a esto, es lo más hermoso de la vida de una mujer: el amor de madre.
Muchas de las personas que le han comentado han dicho: “a mí me llevaron a ver a menudo”, “mi papá me llevó a ver a Luis Miguel”, “a mí me llevaron a este u otro artista”.
Yo le quiero contar una historia, de esas de éxito que le mientan.
Cuando yo nací mi mami tenía 18 años. Cuando yo tenía 9 y ella 27 vinieron los tales menudos al Estadio Cuscatlán. Distaban mucho de existir las entradas VIP y aunque hubieran habido, la cobija no daba para tanto. Eran conciertos a las 3 de la tarde, en pleno sol, donde había que llegar a hacer cola desde muy temprano en la mañana y las bichitas caían desmayadas antes de tiempo por el calor.
Yo estaba en 4to grado y allá en Sta Ana, fui la única niña de mi escuela que vino al concierto.
Ella tenía la edad en la que muchas ni quieren tener hijos porque es mucha responsabilidad, trabajaba de noche, hacía turnos y vivía desvelada. No conocía San Salvador, no sabía dónde quedaba el estadio ni la terminal de buses y no le sobraba el dinero.
Pero ahí estaba, con una niña de 9 años de la mano, en una ciudad extraña, aguantando el sol para ver a los tales bichos desde las gradas así tamaño hormiga.
Nos fuimos caminando buscando la terminal. Estábamos en lo que hoy es el cruce de la 49 con el Venezuela cuando ya íbamos cansadas y pasó un taxi. El muy desalmado nos cobró 5 colones – póngalo en contexto, era 1983 – solo por dar la vuelta a la esquina y decirnos “aquí es”.
El 21 de noviembre yo me la llevo a ver a Sabina en la silla VIP que se merece, porque el amor de madre, gana intereses en el tiempo.

Adelante amiga, tu hija jamás en la vida olvidará ese concierto, no porque gastaste tus ahorros en llevarla, no porque lo va a contar a sus amigas....es porque su mami la acompañó a seguir sus ilusiones.

lunes, 14 de octubre de 2013


¿En serio quieres ser una madre “perfecta”?

Una perfección tan única como


El peque hace un berrinche en el super, lo primero que te viene a la mente es: ¿Qué va a decir la gente? Escuchas los consejos de la abuela, la madre, las amigas con mas experiencia, las revistas, los blogs…y no puedes mas que sentir culpa igual si eres disciplinaria o débil ante el berrinche ¡Quieres ser la madre perfecta!

Malas noticias: el molde de madre perfecta no existe.

Eres una persona única e irrepetible, tus hijos también ¿Vale la pena que te estandaricen las emociones y la vida?

La maternidad es algo tan íntimo y personal, único como cada persona que existe,  nadie puede medir el dolor del primer día de escuela, la primer caída de un columpio, ni la alegría del primer concierto por mas que lo cuentes y compitas para demostrar ante las demás “lo buena madre que eres” solo ‘porque sufres’ o “madre sin entrañas” solo ‘porque eres práctica’. En el universo sin par de tu cerebro cada emoción es el resultado de emociones previas, de expectativas si alguna vez alguien te dijo: “vas a sentir tal o cual cosa” te mintió.

La vida da a cada quien una cara según cómo la recibe, con visiones reales o no, la maternidad no es el estado perfecto que te hace más fuerte, clarividente, infalible o…¡Perfecta!

No podemos superar a nuestras madres, era otra sociedad (¡otro esposo y otra suegra!) mujeres en otro tiempo y “otros zapatos” diferentes necesidades emocionales traducidas en “amor e instinto materno” distintos mapas para llegar a diferentes paraísos…distintos hijos.

Tu propio mapa mental: “maternidad”, “realización femenina”, “lapso de vida con los hijos”, “etapa de crecimiento familiar” …”sufrimiento pasajero” o como quieras llamarlo es completamente tuya.

Como todo en la vida: observa, toma lo que sirva y te enseñe. Sé feliz con lo que hayas decidido. “Tuyas las decisiones …tuyas las consecuencias”