Esto de ser mamá me ha sacado de golpe del regimen de vida que solía llevar. No es solo que el embarazo te postre en una cama por la pereza de andar con esa barrigota para arriba y para abajo, sino que hasta las supuestas amigas de una, que no han pasado por eso de compromiso más allá de los mari-novios, no te entienden...
Ves tu cuarto, solo se escucha un gritito...sordo...sí, es tu hijo el que tiene hambre, así que...a sacarse el pecho se ha dicho y a amamantar!Ahí es cuando uno cae en la cuenta de que, hoy sí, ahuevo, tu vida jamás volverá a ser la misma.
Para alguien como yo, de 31 años, acostumbrada a halar para un lado y para otro, ser más que independiente, romper las reglas y jugármela cuando podía por sentirme inmune a mil males, esto de que te digan: "el 24 de marzo a las 10 a.m. le programamos su cesárea. Está de acuerdo?" Dios! Ya no era solo yo. Ese "yo" que andaba en la panza se convertiría ese lunes en otra persona, que va a depender de mí hasta...no sé...los 18 años?
Y así pasó...ni me di cuenta cuando Dora dejó de ser "sola" y llegó a ser "la mamá de Marco". Creo que eso es más traumático que el "de" antes del apellido del cónyuge, pelea que mantenemos con una de los miembros de este blog, pero que es digna de otro post.
La primera vez que entré al Facebook después del parto sentía como si el mundo allá afuera estaba tan lejos de lo que había dejado. Precisamente ese día habían pasado ya 10 de las elecciones presidenciales. No recuerdo bien lo que puse pero era obvia una mala palabra (porque debo aclarar que no me lavaron la boca cuando chiquita) o creo que enviaba a alguien al infierno. No había pasado ni una hora cuando recibía una crítica, de un hombre, eso fue lo que más me sorprendió, que decía: "Dora, cómo podés decir eso? Si ya sos mamá!" Me sorprendí de tal manera, y estaba en esos días post-parto que son peores que la más horrenda pesadilla de dolores menstruales y el humor lo demuestra a leguas, y quise tirar la compu y mandar al infierno al que me comentó el status y a los que se atreviesen a criticarlo de la misma manera. Seguía siendo Dora...o no?
De ahí llegué a la conclusión que la gente te pone una viñeta de señora/aburrida/casera/adulta/madura/quienyatieneotrosintereses/quienyacompusosuvida, etc. y no vuelves a ser parte de las agendas para salir los sábados a las bebas, ni los domingos a comer pupusas o a la playa. Te borran de tajo en la lista de los "de arranque". Pero entre todo ese cambio de rutina, las visitas de amigos/as al bebé son las que más o menos te alegran esos difíciles momentos en que ya no sos vos nada más. Y pensás que, de ahora en adelante, esa personita que hala de tus pezones será el único cómplice en tu vida y quien, como llora con igual amargura, siente lo mismo y te entiende.
Así va pasando la vida, las alegrías ya no te las da un par de birrias, son los primeros dientes de tu hijo, la primera vez que dijo mamá, la primera vez que se quedó paradito sin tu ayuda...y la cámara digital? Llena hasta los 4GB de puras fotos y videos del nene, ya no más de parrandas y salidas.
Pero lo yuca viene cuando tus amigas de toda la vida, con quienes simpatizaste desde los primeros días de la U, con quienes chillaste por los que no se querían dejar agarrar, o con las que hacías tareas, cartas y jugabas cosas prohibidas, y que, por cierto, no tienen hijos, simplemente NO SIMPATIZAN con tu mini YO de un años y medio. ?Es lógico que me sienta que ya las perdí, que ya no existen, que no son empáticas conmigo o que de plano, la historia de FRIENDS FOREVER ya acabó?
Qué hacés cuando el día de la gran salida a tomarte una sopita de gallina en domingo al mediodía y no tenés quién te cuide al muchachito? Pues lo llevás. Lógico. Y si el niño no ha dormido, aparte anda como que "le comienza gripita", y bota cuanta cosa hay en la mesa, tira el fresco que le pediste, te pega en la cara, llora y grita como torturado, etc.? Yo me di por vencida y vi que la cosa no iba a mejorar. Desde entonces, las salidas con "mi gente" ya no son más "nuestras" salidas con la mara.
Es difícil desprenderse del "nosotros" cuando esa pequeña cosita depende de mí al cien por ciento y cada cosa que haga él frente a mis amigos siento como si yo lo hiciera. Me gustaría decirles (como cuando era soltera y sin hijos): chis! no fui yo, fue ese mono carajo que es un malcriado y que no se sabe comportar. Pero es mi niño, mi Marco, a quien YO estoy criando. Entonces, caí en la cuenta de que los niños no son para las amigas de uno, que ellas son "mis" amigas, no "nuestras". Ya vendrá la edad en que el pequeño ser encuentre a su propia"mara" y se sienta como me sentí yo, feliz de conocer gente que pasó conmigo lo peor y lo mejor, cuando era sólo yo, Dora.