lunes, 30 de enero de 2012

Es difícil ser mamá

Pero es más difícil ser hijo.
[Malas madres]

Uno nunca termina de aprender este oficio. Cuando finalmente se sale de las piñatas y las interminables tareas, porque ahora son lo suficientemente grandes y maduros para tomar sus responsabilidades por sí solos, vienen los permisos para las saliditas de noche, para las fiestas de quince, las visitas al cines con los compañeros, las buenas notas o no, las conversaciones sin fin pensando en las universidades, las carreras, los futuros...

¿Dejar ir a la hija de 16 a la fiesta en el Conga Bus? ¿Es lo suficientemente madura para enfrentar los riesgos que eso lleva? ¿Está lo suficientemente preparada para no caer en las redes del humo, el alcohol, los "amiguitos"?

Una madre se hace preguntas todos los días. Y no todos los días tiene las respuestas. Especialmente una madre como yo [mala madre] despreocupada, despistada; que no se da cuenta que le falta un hijo en la casa hasta las 9:30 de la noche y mientras el papá lo busca desesperado por toda la colonia, uno sigue pensando que por allí debe andar con el otro amiguito, que ya va a aparecer. Y aparece. Y mientras el papá le grita, lo amenaza, lo regaña, lo castiga; uno solo piensa "qué difícil ser hijo".  Ajá, porque uno de madre [o padre en el caso] siempre le está pidiendo a los hijos que entiendan, que se pongan en el lugar de uno: "¡es que por favor, entendé, estaba preocupado y por eso te estoy gritando!" parecemos decir; ¿y quién entiende al niño que viene todo chuco, sudado y feliz de jugar con los amigos y le cae el gran sermón con las grandes palabras solo porque a veces el que no pone atención es uno? Obvio, que esto solo es una reflexión mía, y que durante el transcurso del drama mejor me quedo callada [porque soy mala madre, ya sabemos] mientras el niño llora y el papá sigue gritando.

Entonces: ¡malas madres del mundo, uníos!

Deberíamos hacer un manual o un grupo de ayuda y apoyo.

Como dije antes, esto de ser madre es difícil, todo nos sale a puro instinto y sentido común. Al final, la única certeza posible es que uno los ama entrañablemente y que cualquier cosa que haga no es por ganas de joder y seguirse equivocando; es porque uno los ama. Solo por eso.

[Nota al final de la edición: Recién publico esto y me voy a revisar el correo de Yahoo, lo cual, últimamente hago, cada cuatro o cinco días [o cuando me acuerdo que existe esa cuenta]. Me encuentro con un correo [enviado el viernes a las 9:00 am] de la profesora del menor de mis hijos diciendo que para hoy necesitan ir de camisa manga larga y pantalón de vestir. Yo lo mandé con camiseta manga larga café y jeans, porque él me dijo: "camisa café y pantalón azul". Y entonces, me sigo sintiendo mala madre.]

4 comentarios:

  1. Justo ayer me hice un calendario marcando las fechas de tareas evaluadas, examenes cortos y trimestrales para "estar organizada", junto con el horario de clases en letras más grandes para pegarlo en la sala y ordenar la mochila.
    El único inconveniente es que se me olvidó el folder en la oficina.
    Menos mal que tenía el horario escrito en la agenda diaria, de lo contrario no hubiéramos sabido qué cuadernos tenía que llevar hoy.
    Por suerte, aun y con todo mi despistamiento crónico, aun no me ha sucedido que vaya de una ropa diferente. Para natación, marco en el calendario cuándo toca, aunque he estado a punto de no ponerle la mochila con la ropa, por no acordarme qué día de la semana es, a las 4:50 que me levanto.

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  2. Ustedes me hacen llorar cada vez que entro a este blog... me imaginé al infante todo regañado! >_< y al padre gritando >_< y a la madre callada >_<

    Insisto... yo no soy madre y cada día pienso que no quiero, no quiero y no quiero... porque también soy despistada, soy egoísta y soy voluble, no es porque no quiera dejar mi vida de soltera y sola, sino porque me da miedo propinarle un trauma psicoafectivo a algún niño o niña. No podría vivir con esa culpa.

    Soy hija... y aunque ya no soy niña, ni adolescente, puedo declarar que Flor tiene razón, es difícil ser hijo/a, porque uno no puede ponerse en los zapatos del otro porque simplemente no es una la que tiene los hijos o la que está preocupada, si no podemos las que somos adultas, menos un niño shuco, sudado y feliz de venir de jugar con los amiguitos.

    Sin embargo... también amamos. Los amamos a pesar de los regaños, los reclamos afectivos y los pequeños "chatajitos" amorosos que nos hacen... que si "dame un beso", que si "vení temprano", que si "vos no sos considerada con los de la casa", que si "vos nunca estás", que si "vos solo leyendo pasas" y que cada madre le ponga la actividad de sus propios hijos... a pesar de esas regañadas y gritadas donde uno siente que no solo se le salen las lágrimas, sino también el corazón se apachurra y las entrañas se quieren salir para decir "es que no me di cuenta que era tan tarde porque estaba jugando", a pesar de todo eso, amamos a los papás y mamás, los que son gritones, o despistadas, o enojadas, o demasiado pasivos.

    Y precisamente por ese amor de hijo/a, uno vuelve a sonreír y dice "no lo voy a volver a hacer" aunque no sepamos lo que significa eso en realidad.

    Se les aprecia madres, por su valentía y su buen instinto, estoy segura que sus hijos las aman como yo amo a los míos, incondicionalmente.

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  3. Tengo como vecinas a una señora de unos 36 y una niña de 11 madre e hija respectivamente, la niña reclama tiempo a la mamá llorando y gritando, la mamá la castiga por armar berrinche, luego se rien juntas y salen a cenar; nosotros las escuchamos desde nuestro apartamento. Mi esposo me dice "Así crecerán y aprenderán a amarse". Definitivamente ser madre debe ser la tarea más difícil de éste mundo.

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  4. Yo me uno al grupo de apoyo, mi Bee ha alcanzado los 14.5 ya me toco que llevarla a su primera fiesta nocturna, el maquillaje, parecidos y conexos no son mi fuerte y resulta que tengo que enseñarle a ella a hacerlo :s

    Tengo las misma preguntas que se hace usted en la entrada y solo respuestas temporales para ellas, también me ha tocado ser testigo de escenas en las que una se pregunta si vale la pena hacer tal escándalo por lo ocurrido pero al mismo tiempo teme lo que pasara de no hacerlo.

    Es difícil ser madre si, pero indudablemente es el trabajo mejor pagado de la historia, los besos, la risa, los abrazos, la complicidad y las lagrimas compartidas con mis hijos no los compro ni con todo el dinero del mundo y cuando mi mundo parece roto en mil pedazos y regreso a casa cansada y harta del mundo, en ese instante una mirada tierna funciona mejor que cualquier pega loca para recomponerlo.

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Dinos lo que salga de tu corazón de madre, de padre o de hijo...