Nos sentimos malas madres por no dar a nuestros hijos todo el tiempo y atención que necesitan. Sabemos que hay madres mucho peores, pero es no sirve de calma, porque hay que ver para adelante y no hacia atrás para tomar referencia.
Sufrimos por no poder pasar cumpleaños con ellos en días laborales, sufrimos por esos dias en que llegamos y ya están dormidos. Lamentamos el tiempo perdido en reuniones de trabajo mientras ellos, lo más importante de nuestra vida, están con otras personas que no somos nosotras.
¿Es mala madre la que trabaja para que sus hijos tengan una mejor educación, una mejor alimentación, un estilo de vida más confortable?
¿Es mala madre la que no puede jugar con ellos por hacer las tareas domésticas que nadie más hace?
¿Es mala madre la que, maltratada por su pareja, transmite el maltrato a sus hijos?
Y por el otro lado
¿Es buena madre la que sacrifica su crecimiento profesional por estar en casa con ellos, pero se guarda su frustración?
¿Es buena madre la que juega con ellos, pero tiene la casa patas arriba y viviendo en un ambiente insalubre?
¿Es buena madre la que en lugar de castigar deja pasar todo, porque ahora hay que ser amigo de los hijos?
¿Es buena madre la que “aguanta” todo de su pareja “por el bien de los hijos”?
Seguramente habrán respuestas afirmativas y negativas para cada una de las preguntas, porque el ser bueno o malo depende del marco de referencia, y cada cabeza es un mundo.
No nos queda más, como dice la canción, que intentar dar lo mejor, un dia a la vez, teniendo la mente abierta a que no todos los dias serán buenos y que más de alguna vez amaneceremos con la sensación de ser malas madres, aunque quizá para nuestros hijos, seamos la mejor mamá del mundo.
Tú lo dijiste: "para nuestros hijos somos la mejor mamá del mundo" y eso es lo que importa.
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