jueves, 5 de junio de 2014

Tiempo para jugar

Estuve pensando en qué es lo que recuerdo de mi infancia..

Con mi abuelita:
Las horas que me dedicó enseñándome a cocinar con lujo de detalle y de ingredientes, las horneada, el turrón, los plátanos asados, las tardes en donde intentó enseñarme a coser en una máquina que primero tenía un pedal y luego un motor.. (de igual forma no aprendí) y las clases de tricot y crochet que toda niña debía aprender.  Cómo olvidar las clases de etiqueta y comportamiento social.. qué y qué no hacer .. lo que ponía en práctica en las múltiples visitas a casa de sus amigas y las visitas al mercado bien agarrada de la mano en donde me compraba “alboroto” (una bola de popcorn con dulce que cabía en mi mano).

Con mi abuelito:
Las horas en silencio tratando de imaginar la época, los vestidos, las damas, los caballeros, las guerras, los caballos, los cañones y los banquetes de las historias que me contaba mi abuelo en cada canción, en cada polka y en cada opera de su legado de música clásica que me dejó. Las caminatas de toda la tarde en vacaciones cuando me decía: vamos a tu casa.. pero a pie (casi 10 kms). Las clases de natación en la piscina del flor blanca a las que él me llevaba porque mis papas trabajaban. Las idas al teatro nacional a ver ballet y las obras como las Mil y una noche dirigida por don Paco García- el nombre me pareció divertido y por eso me lo aprendi-  y otras que no entendía pero tenían unos vestidos lindísimos.
Las filosofadas de la vida, las plantas, la naturaleza, el universo, Dios los rosacruces, Budah  y el resumen ejecutivo de todos los libros que se leyó desde que tenia 8 años, con detalles de personajes, historias y autores. Su libro de propiedades de las plantas que aun tengo…

Con mi hermana:
Bailábamos con el disco de CriCri que le regalaron mis abuelos, poníamos las canciones tooodas las tardes, jugabamos jacks, no te enojes y luego la edad nos separó de los juegos.

Mi papi:
Las clases de ajedrez, las visitas al mercado y clases de cocina de los domingos. Las siestas abrazados de los domingos sus asados y las idas al mar de todos los sábados. Y las conversaciones que tanto añoro sobre todo lo que hice durante el día.

Mi mami:
las caricias, apapachos y chistes sobre cualquier cosa que siempre nos hacían reír. Las idas al cine a los estrenos matinales. Y su eterno tema con el orden y la limpieza..

Si. Disfruté  muuucho ser niña, con mi familia, mis abuelos, primos, y las carreriadas y caídas de la bici y patines con amigos de la colonia.

Pero no tengo recuerdos de mis papás jugando conmigo, ellos trabajaban toda la semana y estaban cansados. Su tiempo fue invaluable, siempre estuvieron conmigo.


Quiero que mis hijos me recuerden con todo y más del listado de recuerdos que tengo, pero a pesar del cansancio de la semana apretada, los quehaceres de la casa, el ir y venir, el tráfico, etc, he llegado a la conclusión que debo hacer tiempo para jugar antes de que se termine la infancia.. “eso” es lo que más valoran los niños.

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