Después de leer el post anterior veo que todas tenemos una historia que contar.
En la actualidad tengo como 25 lb de más de mi peso "ideal" según los médicos.
En mi infancia era digamos que normal, ni gorda ni flaca, en la época preescolar. Pero mi mamá me decía "la gorda" de cariño.
Allá por los 8 años nos mudamos a otra casa, a la vuelta de la cual había una panadería y donde me mandaban todas las tardes a traer pan dulce. Digamos que de la panadería a mi casa fácilmente desaparecían 4 o 5 panes. Gracias a eso los 9 años me encontraron con unos super cachetes y una figura rectangular (cero cintura). Seguía siendo "gorda" ahora sí en serio.
Los 11 años con sus cambios hormonales me devolvieron las proporciones normales, pero jamás me dejaron de decir gorda en casa y yo seguía pensando y viéndome a mí misma como gordita. No me ponía ropa ajustada, todo era flojo, principalmente por querer esconder la parte superior, que todas las niñas querían tener, y a mí me daba pena.
En la universidad vivía en un pupilaje, mi mamá me despachaba los lunes con la mochila llena de recipientes con comida para todos los almuerzos de la semana. Sin embargo las cenas las preparaba yo, y como no me sobraba dinero ni tiempo, generalmente comía brócoli o güisquil salcochado: era barato y solo tenía que echarlo a la olla con agua y seguir dibujando mientras se cocinaba. Además se podía comer con una mano y seguir dibujando con la otra. Cada fin de semana era la misma historia "hija qué flaca estás, alimentate, te va a dar anemia". Y, ahora lo sé, en ese entonces vivía en el dichoso peso ideal de los nutricionistas para mi altura. Pero yo me sentía gorda.
Al iniciar la vida laboral, no entendía por qué los cobradores del micro me elegían para ir adelante, donde metían 2 en un asiento al lado del conductor, si yo era gorda, por qué no una flaca, pensaba yo.
Me afligí cuando llegué a pesar 124 lb porque había engordado horribles 8 libras. Tenía 24 años.
Fui al gimnasio, a Corpobelo, hice dieta...estaba gorda.
Después conocí la comida rápida, el stress, los desvelos laborales y el sedentarismo.
Entré a mi primer embarazo con 150 lb. Y llegaba cada fin de semana a visitar y mi mamá decía "hija, que gorda estás, hace dieta, te vas a poner fea".
Terminé el periodo de lactancia con 10 lb menos de las originales, gracias a dar pecho por un año y comer sano "por el bebé".
Cuando el niño tenía 3 años, fui a la nutricionista, me hicieron una dieta real, adaptada a lo que comía habitualmente, y en 6 meses había llegado casi al tal peso ideal: 125 lb.
La vida pasó y volví a subir en un par de años.
Llegué al segundo embarazo con 10 lb más que al primero.
Aun estoy intentando bajar esos excedentes, pero ya no aspiro a llegar a los 125 ideales, solo quisiera lo suficiente para que los triglicéridos, el azúcar y la presión, que me siguen de cerca por los antecedentes familiares, no me alcancen y rebasen sus límites.
Mi hija tiene 3 años, está en la curva superior para su edad, tanto en altura como en peso, y se ve normal.
Su papá le empieza a decir "gorda" de cariño.
Yo no quiero que ni él ni nadie le diga gorda.
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