domingo, 31 de octubre de 2010

Semana de Exámenes...

Sí, esa linda época del año escolar en que las mamás nos estresamos más que el propio día que nacieron los bichitos... Por lo menos en mi caso que, digamos, no tengo tiempo para enseñarles un método decente de estudios o por lo menos estar encima para ver que de verdad estén estudiando...

Y es que, la verdad: yo confieso que a mí tampoco me enseñaron un método. Imagínense fui la sexta de siete hermanos, nadie tenía tiempo de sentarse conmigo a estudiar o por lo menos a  supervisarme ni nada. Así que la consigna en mi casa era "Queremos solo diez, allí ve vos cómo hacés"... Y el punto es, no sé en qué momento cambió esto; que nuestros progenitores no cargaban con los sentimientos de culpa que arrastramos nosotros. Pasaban trabajando todo el día y era normal, llegaban tarde a casa y yo no me acuerdo que llegaran a supervisar si uno había hecho los deberes o estudiado, llegaban a descansar o a ver tele... Yo fui responsable de mis notas y exámenes desde primer grado -o por lo menos eso recuerdo- . Si a uno se le olvidaba la tarea en casa no había mamá que saliera corriendo a dejarla a la Escuela, si se olvidaba, allí quedaba.

Ahora bien: yo me estreso, sí me estreso más que nunca en estos días, porque tengo 3 hijos y tengo que organizarlos para que estudien: la de 15 necesita sacar 10 en Science y en Grammar para subir unas notas feítas que lleva por allí, los dos varones solo necesitan subir a 9 dos 8's que llevan para llegar al Principal. Mientras escribo esto, ellos ven tele, el chiquito juega en el DS, porque al final la competitiva soy yo y no ellos. Ellos no están estresados por subir al Principal o llevar las mejores notas del mundo... A veces se me olvida que no quiero que sean los mejores ni más exitosos en la vida, si no que simplemente quiero que sean los más felices.

Por eso, allí van ahorita los dos varones con su pandillita de amigos a andar en bici y a bañarse en la piscina de la colonia, seguramente van a regresar como a la una de la tarde todos rojos, hambrientos y mojados. Qué importa, solo se es niño una vez.

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P.D. Hablando de métodos de estudio: el más adecuado que encontré para mis hijos, que era el que yo seguía, incluso hasta la universidad; es el de los cuestionarios. El año que no trabajé yo pasaba el día entero haciéndoles cuestionarios en la compu, se los imprimía, ellos los contestaban y de allí repasábamos. Si era necesario los volvíamos a imprimir otra vez. Ahora los dos mayores, de 15 y 12, hacen sus propios cuestionarios en la computadora...

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